lunes, 5 de enero de 2009

Vosotros me entendeis


Fue un encuentro que jamás esperé, por eso cuando llegó, no me podía creer que coincidiéramos; después de tantísimo tiempo. Creo que no me vio, estaba por la casa como todos, tonteando con los amigos, de aquí para allá, sin saber muy bien, posiblemente a causa del alcohol, de quien era aquella fiesta.


Estaba sentada en una hamaca de la piscina, pero, no penséis que la piscina era enorme y que el paisaje era idílico, no, todo lo contrario, yo tenia mis dudas sobre cuantas persona cabrían en ese agujero, pero seguro que no mas de 4. Y el jardín no era muy grande tampoco, suficiente para un par de tumbonas, una sombrilla, y la caseta para guardar los trastos.


Bueno, el caso es que allí seguía yo, escuchando música de fondo, y pegándole un ojo a mi amiga que estaba tumbada en el sofá, con un tío, que yo por lo menos, no conocía de absolutamente nada. Una fiesta en toda regla vamos.


Decidí volver para dentro, para que engañarnos, me puse a buscarlo con la mirada, “¿Me reconocerá? Bah, no digas bobadas Laura, claro que te reconocerá...” Ya tenia la copa vacía cuando me acerqué a la mesa, donde, un chaval de mi edad mas o menos, las servia. Entonce le vi, esa chaqueta negra y gris era inconfundible, y esos ojos como pardos, tenian un color avellana casi perfecto.


- Que te mezclo


- ¿El que? -Estaba un tanto perdida-


- Que que te pongo


- Ah si, uno de... Bueno de lo que sea.


- Buena elección...


No tenia ni idea de que lo me estaba sirviendo, pues seguía mirándole. Si me hubiera puesto veneno, estoy segura que me lo hubiera bebido sin rechistar. Él, estaba con unas chicas y su amiguito del alma, haciendo por lo que parecía, una ronda de chupitos, de esas en las que pierdes la cuenta cuando menos te lo esperas. Bueno, hasta aquí, los mejores años de mi vida, esa noche hice algo que solo fue causado por un exceso de alcohol indebido, vamos, que iba como una cuba, y metí la pata hasta el fondo. Si, fui hacia la mesa en la que estaba y me puse detrás de él. No me vio, pero su amigo soltó un “Ostias” y seguidamente le cogí el chupito que había justo en frente de él, me lo bebí, lo dejé con un golpe seco en la mesa y le miré. Estaba demasiado mal como para saborear ese momento.


Me fui por donde había venido, pero la intuición supongo, note, no se bien porque, que me seguía, y regresé al jardín ese cutre, donde supongo que no había nadie por este hecho. Me senté en la misma hamaca de antes. Él entro también, se acerco a la piscina, y la miró extrañado (seguro que él también pensaba que no caberian más de 4 personas, estoy segura).


- ¿Me tiro? -Dijo. Y pensé, ¿Qué quiere que le diga que no tipo titanic? ¿O que si y que después no se tire y me deje fatal?-


- No te atreves -Bien, Laura, bien-


- Puede que si...


- Pues venga, hazlo -En el fondo, me estaba divirtiendo-


Pero, no se tiró ni mucho menos. Habia perdido de vista a mi amiga, no sabia donde estaba mi copa, no tenia ni idea de quien era la casa, ni siquiera entendía porqué el destino quiso que nos volvieramos a ver aquella noche, pero, solo sabia que estaba borracha, que le tenia para mi solita esa noche y que queria sacarle el mayor partido. Vosotros me entendeis.