lunes, 5 de enero de 2009

Demasiado tarde

La música alta no seca mis lágrimas, pero ya no escucho mi propio llanto... Le pienso, como siempre, con los ojos cerrados. Pienso en lo último que me dijo. Pienso en su risa, en su sonrisa. De repente abro los ojos. Miro al techo. Mi móvil esta vibrando en la estantería de encima de mi cama. Por un momento, se me pasa por la cabeza pensar que es él. Que lo siente. Que no ha borrado mi número. Y aunque yo haya borrado el suyo, se como empieza, y al verlo, el corazón se me acelera. Bajo la música. Cojo el teléfono. Miro la pantalla. No es él.


-¿En serio pensaba que te llamaría? ¿A esta horas? ¿Para qué? ¿Para decirte que te quiere? Ya sabias que no, no se de que te sorprendes...


-Pero aunque no sea él... Eres tú. Eres el apoyo que me arropaba. El cariño que añoraba... Te necesitaba, necesitaba que me dijeras que estas hay, que no pasa nada, que no vale la pena llorar por él. Te quiero si, pero de una forma tan distinta a él... Siento que tú y solo tú eres el que me puede consolar.


-Pero es que yo la voz que necesito escuchar es la de él y no la tuya. Aunque solo sea para decirme cualquier chorrada, cualquier cosa...


-No seas inútil, joder. Cógele el teléfono, y escucha lo que te quiere decir. Siempre te llama cuando más lo necesitas, y ¿Cómo se lo demuestras tú? Le dices que estás por otro, pero que le quieres. Y él lo asume. ¿Ves lo mucho que te aprecia? ¿Y lo mucho que te quiere? ¡Acaso ves algo! Ah, no, se me olvidaba... Es que estás demasiado ciega para ver lo que de verdad sienten las personas que de veras te quieren...


-¡Pero él me dijo que me quería! ¡Que por mucho que me hubieras hecho, que lo sentías de corazón! Él, él tiene el remedio a todo esta mierda .. Se que es él el que tiene la última palabra. Siempre la ha tenido, y siempre la tendrá. Y lo sabe. ¿Pero porque no me lo demostrará como tú?


-Porque él no te quiere.


-¡Y como lo sabes! ¡No todas las personas son iguales! ¡No todas lo demuestran igual!


-Solo hace falta mirar para atrás...


- No me gusta mirar hacia atrás... Hay demasiados momentos que no quiero recordar...


-Hace falta mirar para atrás, aunque sea en contadas ocasiones... Esto nos hace recapacitar muchas veces... Y también aprender a valorar las cosas y a mirarlas desde otro punto de vista... ¿Acaso me estás escuchando?


-No


-¡Deja ya de darle vueltas! ¡Cógele el puto teléfono y olvídate de todo lo que fue para ti el otro! ¡Ya te ha hecho demasiado daño!


-Y ahora ya es demasiado tarde


-¿Por qué?


-Ha colgado