jueves, 23 de mayo de 2013

Escribir

Llevamos dentro escritos una cadena de recuerdos (que quién sabe si jamás sabrá alguien) que, a veces, está bien ordenar, clasificar, descifrar e intentar comprender... 

Algunos están escritos a boli bic. Deprisa, los recuerdas atrotinados, están desordenados en el tiempo y con tachones, vamos, típico resumen de instituto que no le presentarías a la profesora exigente ni loco, pero ahí están. 

Otros tantos, están marcados a fuego. Sabes que, por buenos o malos que sean, no se te van a olvidar jamás. Nunca. Te vendrán a la mente continuamente cada cierto tiempo porque te han marcado. Y eso es así. 

Hay unos pocos escritos en preciado y frágil papiro. Esos son los que mejor se conservan, puesto que son los que mejor quieres conservar. Esos son extraordinarios. Fantaseas al recordarlos porque siempre es un placer hacerlo. 

La inmensa mayoría se conservan el un libro. Un libro tan especial, que algunos dicen que tiene en su portada un botón que alguien descosió de un pantalón por alguna causa. Ese libro es parte de tu vida. Y sólo tú decides como quieres que finalice cada capítulo y como quieres que empiece el siguiente. Este libro es tu día a día, los momentos que la gente piensa que son los menos importantes, pero nos ocupan mucho tiempo. 

Me doy las gracias a mí misma cada día por tener tan claro con quien quiero seguir escribiendo mi historia, que a la vez, es nuestra. Me siento afortunada de formar parte de un libro, tan importante para mí, como es el mío propio; el tuyo. 

No tenemos certezas ni instrumentos que nos ayuden a aclarar que pasará mañana, pero podemos construir un presente a placer, y eso, está tan poco valorado...