martes, 20 de noviembre de 2012

Dibuja, restaura, mejora

Con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera para mí, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar.

Hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige.


Una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.