domingo, 22 de enero de 2012

Alivio

Este es mi sitio, mi mar, las olas que desde pequeña escuchaba desde los brazos de mi madre y me acunaban, por eso me siento segura cuando estoy frente a él, respiro intensamente como queriendo guardar un trocito de esa brisa en mis pulmones para poder sentirla en momentos en los que me haga falta.

A día de hoy le quiero así, quiero poder irme y quedarme con un trocito de él, para que pueda sentirle siempre que quiera y necesite. Cuando está lejos, me siento incompleta. La forma en la que me acaricia el pelo es fantástica... Su mano después baja despacito por mis mejillas para encontrarse con mis pechos. No aguanto más. Le abrazo fuerte, fuerte. Mi barbilla está apoyada ahora en su hombro izquierdo y cierro los ojos pensando en donde se habría metido todo este tiempo.

Es una lección moral, un desvergonzado canalla, una bellísima persona, el paciente más impaciente, los ojos castaños más descarados, es una caja de sorpresas, un derrochador de sonrisas, la cabeza más enrevesada, es como una brújula inconformista, un soñador empedernido, los besos más intensos, dulces y picantes, es la envidia de muchas y muchos, sensato como él solo, y honrado como ninguno. Es increíble. Por eso le quiero tanto. Por eso estoy tan enamorada.