lunes, 31 de octubre de 2011

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Camino sola por mi playa, por la orilla, procurando que las olas no lleguen a rozar mis pies. Llevo los zapatos en la mano, y no me importa que sea 31 de Diciembre, porque hay veces, que necesitas evadirte, respirar profundo y no pensar, o mejor, pensar en cosas absurdas sin importancia, como en el ermitaño que se cruza en mi camino o en el ciclista que me mira atónito. ¿”Que pensará?... ¡Que estoy completamente loca, seguro!” Intento que mi huella sea más profunda ahora en la arena.

Continuo en la playa, camino hacia el centro ciudad, pero la verdad que no me apetece nada llegar a casa.
Veo a alguien a lo lejos. Diós, mi vista cada vez me juega peores pasadas. Imagino quien puede ser. Oh, no no no (sonrío)… ¿Qué diablos hace aquí?...
Finales alternativos:

a)
- Neni? ¡¿Qué haces tú por aquí?!
Super abrazo.
- Carño, necesitaba huir de casa de Félix, no aguantaba más el…
- Anda, relájate, míranos, pensamos tan igual, estamos tiradas y descalzas un fin de año en la playa…

b)
- ¡Os dije que no vinierais a buscarme!
- Vamos, tonta, que estás tonta, ¿cómo se te ocurre irte sin decir nada?
- Necesitaba desahogarme Santi, no me culpes…
- Vamos pava, que tengo el 206 apacrdado en el ayuntamiento, te subo a casa…

w)
Nos abrazamos.
Nos besamos.
Sonreímos, y nos miramos esperando que eso sea lo único que importe.
El silencio es delicioso…

d)
- ¿Tú?
Cabeza gacha. Pasa por mi lado. No menciona palabra y le dejo atrás con bastante rapidez.
Era justo lo que quería/esperaba que hiciera.
Fin.

e)
Oh, acabo de confundir a una señora y a su perro viejo con Emilio.
Nota para mí misma: tengo que ir a regularme la vista…